Me senté en aquella roca y llore;
Derrame mis lagrimas de mis ojos dulces;
Mire la puesta de sol y no la mire;
Hablo mi corazón pero no fue escuchado…
La brisa suave pasa besando mi rostro;
Volví a sentarme en la arena caliente;
No sentí dolor ni quemadura;
Corazón que siente tristeza y llora…
No hay respuesta ni de corazón ni del mar;
Camino por un largo sendero;
Diría que buscando respuestas a preguntas;
No las hay ni las habrá…
Ame con todo y odie cuando fui abandonada;
Hable con todas mis fuerzas;
Nadie me escucho;
¿Qué hago aquí?
Me senté en aquella roca alta;
No llore yo, lloro mi corazón;
Y con ese llanto de sangre y dolor;
Plasmo estas líneas que algún día serán leídas…
Diana Denisse
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