No sé cómo empezar a escribir,
Intento ordenar las ideas;
Expresar lo que siento,
Decir lo que he callado.

Busco las maneras de hacerlo,
Ninguna me convence,
Ninguna hace una oración coherente
Y me quedo en medio de la nada.

El papel sigue en blanco,
Mi mirada esta perdida,
Lágrimas salen y fluyen como río
Nada puedo hacer para decir algo.

Te quise, eso jamás lo negaré
Busque una solución a lo nuestro,
Aquello no pudo ser, lo acepto
Promesas incumplidas, y heridas hay

Prometimos quedar como amigos
Ahora somos dos desconocidos,
Ni para eso pudimos ser valientes,
Te quise, eso no le negaré...

Mentiría sin dijera que hay algo en mi,
La verdad no sé qué puedo sentir,
No soy buena manejando emociones;
Pudimos querernos más, pero no fue.

Lento, muy lento; eso es...
Lo haces bien pequeña,
Eres valiente, decidida,
Se nota en tus ojos.

Tus manos delicadas y suaves,
Lo manejas bien, es tu obra,
Suave, con delicadeza,
Le das esos retoques que necesita.

Es tu obra, estas orgullosa de ella,
La miras, tiene que ser perfecta,
Así como tú. Suave y delicada...
Una obra sublime, majestuosa.

La miras de nuevo, sonriente,
No le temes a la creación tuya,
La muerte debe estar llegando;
Tú no le temes. Sonríes.

Profundo. Has tocado lo más profundo,
No sabes si es el inicio del infierno;
Al menos eres consciente,
Y que sólo un paso hay de separación.

No entiendes como llegaste hasta ahí,
No asimilas nada aún;
Estas parada frente a la puerta,
Y te puede llevar a cualquier lugar.

¿Estas entrando al limbo?
¿Vas a conocer el infierno?
Has tocado profundo, no sabes nada;
No tienes idea de que hacer...

¿Es muy profundo donde estas?
No quieres esta experiencia,
Es tarde ya, porque has llegado,
Ya mismo te retiran el boleto...

Te fuiste sin decir ni una palabra,
No había tampoco una nota.
Quise saber tus motivos,
Me encontré en la oscuridad.

Mi cama se siente vacía,
Tú la llenabas de alguna forma,
Nuestra habitación tenia vida,
Hoy, solo tiene tu recuerdo.

Cogi un papel y una pluma,
Escribir todo lo que tenia,
Y al leerlo, solo formé frases sueltas.
¿Quién las leerías?

Te fuiste sin decir adiós,
Me dejaste, me abandonaste,
Me encuentro a la merced del destino
Yo también me voy sin decir adiós.